Adiós

Subió a su auto en la noche de lluvia, lo hecho a andar y a recorrer las calles sin ninguna dirección final, solo quería dejar de oir en su cabeza repetir esas palabras que tanto le dolieron "Mientes, mientes, mientes". Y ese amargo recuerdo de su mirada endiablada por ese odio de la frustración, pasando por su mente una y otra vez.

Estaba tan confundido que no sabía si la ciudad que recorría era BAires o Madrid, tal vez París.

No paraba de llover y las luces amarillas y tenues de la ciudad le confundían, andar a esa velocidad le recordaba que algo podría pasar si no controlaba sus impulsos y pensamientos. Volvió a pensar en ella, se dijo a si mismo"Cuánto la extraño". Era tarde y no sabía en donde descansar. Había sido un día largo, con lágrimas incluidas y estaba muerto en su interior. Solo quería volver a decirle un "Te extraño" recibir un abrazo y tal vez partir para siempre.

Abrió la puerta por la que había salido bajo esa lluvia a pensar, y allí dormida frente a la TV viendo esos viejos momentos a su lado la descubrió. La tomó de su mano y le llamó por su nombre. Ella despertó lentamente, confundida y al verlo de nuevo allí frente a ella se levantó presurosa y se lanzó sobre sus brazos. Sus labios se juntaron, se fundieron en un beso exquisito de amor y que hizo olvidar cualquier error. Juntos habían comprendido una lección.