Ella sentada la barra de un bar, sola, mirando el vaso de cerveza cómo buscándolo allí o tal vez recordando esa tarde que se volvieron a ver luego de tanto tiempo. Habría podido recuperarlo y el estaba dispuesto a volver a intentarlo, "pero ¿qué pasó?" se preguntaba una y mil veces.
De repente y como si el destino lo hubiera enviado se sube a la tarima de ese viejo bar un hombre, con pinta de todo menos de cantante, traía su guitarra como todas las noches a este bar para cantar una única canción, solo que esta noche cambiaría su vieja introducción, esa que declama Sabina en la canción original iba algo más o menos así:
A ella le llamó la atención esa vieja voz. El cantinero le dijo: "Que extraño ha cambiado la poesía que siempre declama antes de cantar esa canción" ella levantó los ojos, miró al cantinero y le dijo "así suelen cambiar los hombres" volvió su mirada a cada gota de cerveza que componían todo el vaso lleno del líquido de esa amargura de raíz.
Oía con atención el cantar y fue casi imposible para ella no voltear a mirar hacia la tarima de ese viejo bar donde muchos ya coreaban la canción. Él no quitaba sus ojos de ella, ella no quitó sus ojos de él y allí en ese intercambio de miradas entendió el por qué de las palabras diferentes.
Era él por quien ella se encontraba allí, era ella por quien él cantaba todas y cada una de sus noches allí. Sin perderle un solo segundo la mirada terminó de cantar y con más fuerza que nunca hizo el último pase de su vieja guitarra. Al terminar todo el bar estalló en aplausos como cada noche sucedía. Él bajó del escenario y como nunca lo había hecho desde que canta allí, se dirigió hacia la barra. La vió de espaldas como esperando un nuevo primer paso de él, pero esta vez no iba a ser así, tomó un poco de aire y con su mano casi tocando su espalda se contuvo. La guitarra en su mano izquierda, su mano derecha esquivando la piel de su deseo, giró su andar y salió por la puerta de aquel bar, sin siquiera el "Hola, ¿cómo estás?" que ella esta última vez se quedó esperando...
- - -
N0ta del autor: Esta historia es mi regalo para la Bloggera Secreta @Edilay, que espero de todo corazón que te guste la historia, la canción y que nunca, pero nunca te pase algo como esto
Pero por quéeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee manada de cobardes!!!
ResponderBorrarMe encantó... puedo armar sindicato?
me gustó esta historia, una historia inconclusa, guardando el "Pudo ser", tal vez el miedo a dañar esa ilusión no permite continuar, es probable que lo que fue aún tiene una esperanza de felicidad, pero para que tentar la suerte y poner después de los puntos suspensivos un trágico final?.
ResponderBorrarGracias por el regalo, parece que en la investigación encontraste algo más que mis gustos.
Ahí están pintados!!! Cobardes todos!!!
ResponderBorrarLa canción....Perfecta!
Vean más allá del acto de salir del sitio sin siquiera hablarle, es el hecho que ella siempre esperó su iniciativa y el simplemente se cansó de eso!
ResponderBorrarQuizá... pero cobardes los dos! Ella por pretender que él se la pusiera fácil y él por temerle al rechazo?
ResponderBorrarEso les pasa por hacerse los importantes y cada uno jugar el juego sin tener en cuenta al otro!
Está buenísima!!
ResponderBorrar