La vida de cada uno continuó. Debíamos seguir nuestros estudios... Nuestros caminos. Sin embargo mi vida nunca volvió a ser la misma. No dejaba de pensar en sus ojos, en su sonrisa. De hecho, en todo su ser... Me encantaba...
Continuamos hablando mucho por Messenger y nuestras llamadas se triplicaron. Era evidente: quedamos con ganas de más el uno del otro. Así transcurrió el resto de Septiembre y con cada conversación iba aumentando el deseo por saber más y por estar a su lado. Una noche, hablando como solíamos hacerlo hasta muy tarde, me enteré que su cumpleaños era el 9 de Octubre. Sí faltaba menos de un mes. Lo bueno de esa noticia es que ese año caía justo para el puente del día de la raza (y podía viajar), y la mala es que, como estudiante varado de cuarto semestre tenía que buscar la forma de conseguir plata y darle una bonita sorpresa de Cumpleaños (y es que no todos los días se cumplen 20 años ¿no?)
Comencé a organizarlo todo. Todo para estar con ella ese día. Quería ir. Me moría por ir. Mi factor determinante era el económico, porque de hecho yo dependía 100% de mis viejos y algunas cosas extra que en la universidad podía hacer (trabajos, estudio, clases, exámenes, entre otros). Casi todas las noches hablábamos del momento en el que nos volviéramos a encontrar y todo lo que hipotéticamente pasaría. Soñábamos juntos, nos ilusionábamos casi todas las noches con volver a vernos. Que pasara todo lo que fue casi imposible que sucediera ese corto fin de semana que ella estuvo en Bogotá.
- - I L U S I Ó N - -
Pensando algo inteligente para decir,, pero solo puedo decir que me emociona, me eriza y me carcome la curiosidad, gracias., simplemente gracias.
ResponderBorrarSuavecito, asi esta muy bien contadito, dejas el lector atrapado en la historia.
ResponderBorrarUna segunda oportunidad y con le decision de esta vez si hacerse felices...pero otra vez la vida con su cotidianidad poniendo sus condiciones,
Que va a pasar? solo espero en el fondo de mi corazon un final feliz, en el relato y en la vida.