Mi Viaje - Parte VIII

Esta locura que había hecho por una mujer ya estaba terminando. Salimos a almorzar, una bandeja paisa de la que tenía antojo desde que salí de Bogotá. Quería ver como era la verdadera bandeja paisa, aunque no fuera muy buena idea por las siguientes diez horas en las que me tenía que meter en un bus de regreso a la capital.

Durante todo el almuerzo no paré de mirarla. La tomaba de las manos y pensaba en cuando volvería a tenerla conmigo. No quería irme. Nunca había comido tan despacio. Luego de almorzar nos fuimos a caminar por todo el centro comercial en el que estábamos. Nos tomamos de la mano como si nunca más nos fuéramos a ver. Con tal fuerza que nuestras manos quedaron marcadas por varios días, al igual que nuestros corazones.

Montamos de nuevo en metro, ese metro en el que no parábamos de mirarnos con nervios el día que llegué. Ese Metro en el que nuestras sonrisas tímidas se hicieron presentes el día de mi llegada, pero que en este momento me invadía de una gran tristeza.

Llegamos de nuevo a la terminal. Entramos, compré el tiquete y ya faltaba una hora para partir. Comenzamos a caminar por la terminal, a hablar de nuestro futuro y de lo que podría pasar. Nos reímos mucho juntos. Era hermoso pero a la vez frustrante este momento.

- - E L R E G A L O- -

Quería llevarme algo más que los recuerdos de este hermoso viaje. Así que en una pequeña tienda en la que vendían algunas joyas allí en el terminal ví un par de anillos que me gustaron. Ancho, grueso y liso era el anillo perfecto que encajó en el dedo Anular de Clara. El mío delgado y no tan amplio quedó perfecto en mi dedo anular. Así los compré. y antes de partir, cuando Clara volvió del baño mientras yo compraba los anillos. Y allí en medio de una terminal repleta de extraños frente a la puerta por donde tenía que partir. Luego del último abrazo. Flexioné mi rodilla derecha, la puse en el suelo y así, mirándola a los ojos con su anillo en mi mano le dije: "Gracias por haber hecho de este viaje el más hermoso de mis recuerdos. TE AMO como nunca he amado a nadie y espero que esta ilusión nunca termine". Me miró con sus ojos vidriosos, me abrazó y sin pronunciar palabra me dio un beso PERFECTO.

Puse mi anillo y le dije: "Quiero que con estos anillos cerremos nuestra relación".y ella con su voz entrecortada me dijo: "Te amo". Y tras de esta confusión de emociones, un par de palabras más y un abrazo eterno, me subí al bus, me senté y allí dos lágrimas en mis ojos no pudieron sostenerse más y brotaron diciéndole adiós a este viaje de amor. Diciendole adiós a Medellín.

Nota del autor: FELIZ NAVIDAD!!!.