Tan cerca, tan lejos – Parte IV

Faltaba muy poco para llegar a su casa. Y nuevamente replicó mi celular. Era Clara que sus ganas por saber cual era su sorpresa no la dejaban tranquilizarse, hablámos y me contó que su papá había acabado de llegar a su casa (Pues él no vive en el país por cuestiones laborales, pero viaja muy seguido a visitarlas). Quería conocerme y Clara quería saber cuando iría para poder trasmitirle esa información a mi suegro. Yo le dije que no sabía, que lo estaba viendo muy complicado, pero que iba a hacer cuentas y le avisaría. Ella perdió ese brillo que trasmitia su voz y algo desilusionada me dijo que estaba bien (aunque no lo estuviera) y colgamos.

No me gustaba colgarle así. Sentía como por dentro ella no estaba feliz y que esa noticia le estaba dando duro. Me afané por llegar. No quería que ella se siguiera sintiendo de esta manera. Pero también me quedé pensando en que sería este viaje la oportunidad para conocer completamente a la familia de Clara. La hermana y su papá, quienes aún no había conocido. Me llené de nervios, de emoción y de mucha alegría de solo pensar que esta sorpresa le iba a encantar a Clara.

Por fin el taxi arribó a la casa de Clara. Mi duda era si bajarme antes de la entrada a su finca, o entrar en el taxi a la finca hasta la puerta de la casa. Lo medité muy bien y la mejor opción era entrar con el taxi, aunque eso dañara mi sorpresa (pensé). Le pagué al señor del taxi y al darme la vuelta, vi por la ventana que la mamá de Clara estaba en la puerta tratando de observar quien había llegado. Bajé del carro y saqué mi maleta del baúl. Al girar nuevamente, para caminar hacia la puerta vi como llegaba Valentina (la hermana) y Clara a la puerta. (Explicaré que la puerta de esta casa es en vidrio completamente y por eso podía ver todo esto).

Caminé con mi maleta y una caja en la que llevaba el regalo para Clara. Iba un poco encartado, lo sé. Abrieron la puerta y al salir a saludar, Clara, por encima de la timidez que le caracterizaba estando con su familia, me saludó con un abrazo fuerte y un beso delicioso. Me miraba con sus ojos vidriosos y con su voz entrecortada me dijo "Por qué no me avisaste?" a lo que le respondí "Era sorpresa :D ". Saludé a doña Stella y me presentaron a Valentina (La hermana).

Le dí la caja que le llevaba a Clara y sonrió. Iba muy bien empacada, adornada con cintas: La mamá y la hermana se quedarón ahí hasta ver lo que venía en ella. Pero en ese momento, entró en la sala en la que estábamos don Demetrio (nombre ligeramente cambiado) el papá de Clara. "Mucho gusto, Camilo Almanza" y respondió "Mucho Gusto, hace rato quería conocerlo. Demetrio". Era una hombre alto, medianamente robusto y con una figura imponente. "Juep... que susto" pensé. Afortunadamente el papá era una persona conversadora, y junto con la mamá comenzamos a hablar de varias cosas¿. De hecho él llego un vuelo antes que el mío. Claro, de haberlo sabido hubieramos bajado de Rionegro juntos y así poder darle la sorpresa a todas. Jajaja yo afirmaba con la cabeza, pero me hubiera muerto del susto.

Clara también moría del miedo en ese momento. Para ella su familia es importantísima y su aceptación hacia mi era vital. Se logró! :D.

Clara comenzó a abrir la caja. Con emoción y mucha curiosidad. Todos estábamos ahí, pendientes de su reacción.