Celos - Parte I

"Cómo así que no vas a venir?, por qué?" - Pregunté - "Clara, esta es una fecha importante para mi y para mi familia". Ese fin de semana serían los cincuenta años de mi viejo y lo celebraríamos en grande con una fiesta de disfraces (el tema eran los años 60). Ella respondió con un silencio atípico en ella. A lo que le volví a decir "Clara, te pasa algo?". Ella me respondió "Nada, Cami... Mira, hablamos luego" - "Bueno" respondí. Colgamos y me quedé con esa espina clavada en la garganta.

Era viernes en la tarde y quedé desolado. Quería tomarme una cerveza y mis compañeros de la universidad, "los de siempre", salían todos para sus casas. Me fuí para la mía.

Miré el reloj y eran las 5:00 pm, había pasado varias horas desde que colgamos. Le marqué. El celular comenzó a replicar una, dos, tres, cuatro veces y apareció el mensaje del operador "sistema correo de voz...". Intenté de nuevo, yo tenía una corazonada. Algo no estaba bien, sentía que me estaba ocultando algo o que pasaba algo. Volví a marcar y el celular de nuevo replicó una, dos, tres: "ALOO" gritó. "uich hola" respondí. "Hola Cami! ¿como estás?". Efectivamente había algo mal, ella había cambiado su "amor" por "Cami". "Dónde estás? Clara". Yo oía mucho ruído y a ella le tocaba gritar para que yo la pudiera oír. "En el concierto de Vives", me dijo. Me dió mucho mal genio, me había ocultado eso y además había preferido eso a compartir un momento especial para mi. "Que la pases rico" -  Creo que no me escuchó, pero sin importar, luego de esa frase colgué. Replicó mi celular, miré y era ella. Contesté con un seco "Qué pasó?" - Ella respondió: "Camilo yo también tengo derecho a salir con mis amigos"- a lo que yo respondí "si, tienes toda la razón, pero entonces no me habrías dicho que venías y esperas al último día para decirme que no vienes y ese mismo día te vas para un concierto quien sabe con quién". Sabía que el comentario le había molestado y me tiró el teléfono. Le marqué y replicó de nuevo las cuatro veces y el operador respondió "sistema correo de voz...". Jueputa, pensé. Volví a marcar y tampoco respondió. Me desesperó y a la tercera marcada le dejé un mensaje con la piedra que tenía: "Jueputa Clara, no es posible que me hagás esto... Pero pasa la rico con el que andes disfrutando el concierto". Y dejé de insistir.

Llegué a mi casa y mi celular no volvió a sonar. Era la primera vez que discutíamos fuerte. Había motivos y eran una completa estupidez, pero no había derecho a que me ocultara sus planes. Le marqué una hora después, replicó el celular y contestó un man: " Aló, vea hombre, Clara ya no quiere volver a saber de vos" y colgó.